Langjökul es el segundo glacial más grande de Islandia. Su altura haciende a los 1300 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una superficie aproximada de 925 kilómetros.
Fui a Islandia en el año 2016, tan solo un año después que esta gélida ruta de 300 metros que lo lleva a uno hacia las entrañas de un glacial fuera construida artificialmente por el hombre y a la cual se puede ir prácticamente todo el año.
Para acceder a ella están las motos de nieve, el “trekking” o los “Terra bus”, este último fue el que nos llevo a la entrada del glaciar, no sin antes haber tomado nota de todas las recomendaciones de nuestro guía y habernos puesto el atuendo indicado para entrar. Un traje especial con luces reflectoras, botas para caminar sobre nieve y guantes adecuados para esas temperaturas.


Durante todo el recorrido que dura aproximadamente 2 horas, se oye como el hielo se mueve arriba de nosotros, estamos literalmente a metros bajo tierra cubierta de agua congelada, es fascinante y a la vez algo inquietante.
Su color azul mezclado con blancos es impecable. Caminar sobre estos túneles es energético, tomar agua de sus “ríos” por así llamarlos, es refrescante, contemplar sus grietas y en el más ingenuo asombro pedir que no colapsen sus paredes heladas con nosotros adentro llega a ser una aventura con escalofríos y demás. Era simplemente ver, mirar, observar y no dejar que mi cabeza se acordara que yo sufro de claustrofobia.
A mitad el recorrido hay una capilla, SÍ, una capilla en donde el que quiera se puede inclusive casar. A nosotros no nos tocó matrimonio en ese tour pero nuestro guía pregunto si queríamos probar la excepcional acústica de la capilla entonando un canto Islandés, canto obviamente interpretado por nuestro guía.
Y así transcurren las casi dos horas allí adentro. Vale la pena conocerlo, vivir la experiencia de estar sumergido en un punto geográfico al cual solo podríamos sobrevivir de esta forma, haciendo turismo responsable, con guías que conocen del camino, que explican, que cuidan, que nos proveen lo necesario para hacer de nuestro recorrido algo increíble y sin arriesgarse más allá de lo que eventualmente un plan de estos trae consigo.

Es Islandia, son sus riesgos……
Continuará