Hoy, exactamente hoy se cumple un año de haber vivido un evento un tanto angustiante que desencadenó en todo un año de citas médicas, exámenes, malos momentos, pereza, angustias pero sobretodo la lucha constante de saber que no estas “loca” que no eres hipocondriaca, pero que para tu mala suerte todo apunta a que SI.
Hace un año viajamos a ponernos la segunda dosis de la vacuna “PFIZER”. La primera dosis, 21 días antes no había pasado de un dolor en el brazo que duró una noche. La segunda fue, en los primeros dos días posteriores a la aplicación, exactamente igual, un dolor fuerte en el brazo acompañado de una leve pesadez en el cuerpo y por lo demás felicidad absoluta de sentir que estábamos por buen camino de ganarle la guerra a este virus. Felicidad que al tercer día se nubló un poco cuando derepente sentí que ( sin exagerar), me estaba muriendo.
Pasé en cuestión de escasos minutos, de una simple nausea a una taquicardia horrible seguida de dificultad para respirar y una debilidad tal en todo el cuerpo que, si tuviera que describirlo sería algo así como que tu alma esta abandonando tu cuerpo y no tienes como sostenerlo.
Eran alrededor de las 11 de la mañana y todo me imaginé menos que iba a terminar mi día en una clínica a la cual llegamos gracias al GPS del carro, lejos de mis hijos, en otro país, acostada en el piso de urgencias mientras me atendían (porque literal no podía estar ni sentada) y llorándole al médico de turno que finalmente me atendió.

Después de varias horas allí y de esperar los resultados de todos los exámenes que me hicieron, el diagnóstico fue que no tenía nada y que había sido solamente un reacción normal a la segunda dosis de la vacuna. Sigo sin entender a que le llaman normal….
En mi caso, y desde ese día los síntomas fueron recurrentes, síntomas que obviamente me llevaron al cardiólogo, a una cantidad de exámenes y pruebas que solo dieron como resultado otro “TODO NORMAL”.
Llegue a creer que podían ser ataques de pánico o ansiedad aunque yo jamás había sufrido de algo similar, pero en la búsqueda de entender que me podía estar pasando no descarte la sugerencia y empecé a leer sobre el tema y a buscar soluciones, en la respiración en mis practicas de yoga etc… Pero igual los síntomas me siguieron acompañando todo el año aunque cada vez mas leves.
Pero eso no paró ahí, seguido a estos síntomas empezaron a empeorar otros ya conocidos por mi cuerpo como el tan “común” SINDROME DEL INTESTINO IRRITABLE”. No se cuantas veces he ido al gastroenterólogo y no solamente a uno, he visitado un par más a tal punto que después de varios exámenes y pruebas en los que el resultado era siempre “EN GENERAL TODO ESTÁ NORMAL”, dos de los médicos especialistas que me vieron me sugirieron lo mismo, que visitara algún terapeuta porque eso parecía estar ligado a temas de estrés lo cual era lógico con todo esto de la pandemia y demás. Así que empecé a buscar soluciones en la meditación consiente , en la homeopatía y en todo lo natural que me pudiera ayudar.
De pronto un día veo que el pelo se me esta cayendo de una forma que es para ponerle atención. Empiezo a tomar biotina, la caía desmesurada para un poco, me voy de viaje y estando en la casa de mi hermano me dice mi cuñada, – OYE, EN DONDE TE HAS SENTADO ME HAS DEJADO PELO TUYO”. Eso ya no aplica como “NORMAL”. Incremento la biotina, la meditación, las practicas de yoga y cuanta gota homeopática y remedio casero me recomendaran.
Siguiendo con este camino de síntomas, de repente empiezo a sentir que eventualmente los ojos se me resecaban más de la cuenta y que en ocaciones me empezaba a picar la piel, eso no es que fuera nuevo solo que estaba un poco más fuerte. Visito entonces al dermatólogo el cual me receta antialérgico y unas cremas y a la oftalmóloga la cual me receta unas gotas para lubricar los ojos y un aumento de gafas gracias a que la presbicia que ya esta tocando mi puerta.
A estas alturas andar de especialista en especialista era tan normal como la convivencia eventual con los síntomas los cuales yo se los atribuía a la vacuna.
Aquí quiero aclarar que soy pro vacuna, sin embargo cuando me tuve que ver enfrentada a ponerle la vacuna a mis hijos , lo cual hice, tuve mucha angustia afortunadamente a ellos no les dio ni fiebre.
Yo en cambio no me sentí capaz de ponerme la 3 dosis. En febrero de este año me dio covid, cero síntomas, así que tome esto como la 3 vacuna.
Seguido con esta montaña rusa de males que iban y venían un día después de una gripa común que me dio me desperté con mi oído zumbando, la sensación de estar tapado y una molestia en la garganta como si tuviera algo obstruyéndola. OBVIAMENTE cita urgente donde el otorrino. Exámenes, pruebas medio aburridoras, de audición y mucho medicamento. Resultados, ” TODO EN EL RANGO DE LO ABSOLUTAMENTE NORMAL”. Pero esta vez los síntomas se fueron volviendo mas cansones, especialmente la sensación rara en la garganta. Pero deje así por un tiempo, estaba aburrida y cansada de lidiar no solamente con tantas citas y exámenes sino con ese sentimiento propio de ” SERA QUE ESTOY LOCA?”, o , ‘ MEJOR DEJO BUSCAR PORQUE EL QUE BUSCA ENCUENTRA”. Y con el manejo, nada fácil de las personas que están cerca tuyo, si tu no entiendes que te pasa, mucho menos ellos.
Son demasiadas cosas que no parecen encajar, demasiados síntomas que no tienen una ruta lógica, es de todo y no es NADA.
Eran , por ejemplo, dolores de cabeza que sin ser fuertes como para preocuparse podían durar un par de días y de pronto desaparecían por un tiempo y después volvían, entonces, ir al neurólogo y explicarle eso daba en cierto punto hasta pena porque si vas a un especialista te enfocas en explicarle el síntoma para el cual ese medico esta dedicado, o por lo menos así lo hago yo.
Empecé entonces a hablar un poco más de lo que me había pasado y a buscar por internet, en chats, en lo que fuera alguna explicación para por lo menos sentir que no estaba sola en esto. Pero yo solo estaba enfocaba en la vacuna, no porque fuera mala, sino porque seguro había generado en mí todo esta cadena de “males” tal vez por alguna predisposición que ni yo misma sabía que tenía.
Sin embargo el tema de la garganta empeoraba así que fuí donde el internista. Más exámenes y pruebas que dieron como resultado algo en la tiroides que sería mejor que fuera a donde un cirujano de cabeza y cuello. Cosa que hice. Entre otros exámenes y pruebas esta vez el resultado fue, “NORMAL AUNQUE HAY QUE MANTENER EN OBSERVACIÓN EVENTUAL, PERO NO ES DE PREOCUPARSE” afortunadamente y hasta nuevo aviso.
Pero este si era un síntoma y evidentemente un diagnóstico totalmente nuevo para mí.
Yo mientras tanto seguía con mi búsqueda a una respuesta, a lo que fuera.
Mientras tanto he aprendido a manejar ciertos “malestares” menores como por ejemplo algún dolor en músculos y/o articulaciones, hago estiramientos, masajes, medicina homeopática y ya está, se podría decir que me resigné a encontrar alguna respuesta lógica. Hasta hace dos días, supongo que por mis constantes búsquedas en internet me apareció en YOUTUBE un video sobre el “SINDROME DE ASIA”.
Llevo dos días leyendo y viendo testimonios de mujeres que han pasado por el mismo camino que yo vengo recorriendo hace un año, porque puede aparecer en cualquier momento.
No tengo idea como darle cierre a esto que estoy escribiendo, solo puedo decir que después de no saber nada, encontrar algo, un mínimo de algo que me pueda DE PRONTO dar otra ruta a seguir es sin duda el mejor regalo de aniversario que mi segunda vacuna me puede dar…….